Las prótesis oculares son un reemplazo estético del ojo por falta del mismo de forma parcial o total. Aunque es posible llevar a cabo una vida normal con la visión de un solo ojo, la pérdida del globo ocular a causa de alguna grave situación supone importantes consecuencias sociales, psicológicas y estéticas.
La creación de una prótesis ocular es un proceso altamente personalizado que requiere la habilidad y experiencia de un profesional especializado llamado ocularista. El proceso comienza con la toma de un molde de la cavidad ocular del paciente, que se utiliza para crear una prótesis que se ajuste perfectamente.
El ocularista trabaja meticulosamente para pintar el iris y la esclerótica a mano, asegurándose de que coincidan con el ojo sano del paciente, si es que tiene uno, o con las características que el paciente desea. El nivel de detalle es tan alto que se pueden replicar incluso las pequeñas venas visibles en la esclerótica. Este nivel de personalización no solo mejora la apariencia estética, sino que también garantiza que la prótesis se ajuste cómodamente y no cause irritación.
Una vez completada, la prótesis ocular se inserta en la cavidad ocular y se ajusta para asegurarse de que se asiente correctamente. La prótesis debe limpiarse y revisarse regularmente para garantizar su durabilidad y el confort del paciente.
Las prótesis oculares desempeñan un papel fundamental en la rehabilitación de pacientes que han perdido un ojo, ayudando a restaurar la apariencia facial y, en muchos casos, la confianza en sí mismos. La pérdida de un ojo puede tener un impacto profundo en la salud mental y emocional de una persona, afectando su vida social, laboral y personal. La capacidad de recuperar una apariencia normal es, para muchos, un paso vital hacia la aceptación y adaptación a su nueva realidad.
Se fabrican con material acrílico antialérgico que garantiza un porte cómodo y el efecto estético deseado.
Existe diversos tipos de prótesis dependiendo de la necesidad del usuario como:
- Prótesis ocular simple.
- Prótesis ocular doble.
- Cascarillas esclerales.
- Conformadores.
El mantenimiento de una prótesis ocular es relativamente simple, pero es esencial para evitar infecciones y prolongar la vida útil de la prótesis. Generalmente, se recomienda que la prótesis sea removida y limpiada regularmente, y que el paciente mantenga una buena higiene ocular. Además, es aconsejable que la prótesis sea pulida y revisada por un ocularista al menos una vez al año para mantener su apariencia y funcionalidad.
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